Ya han pasado las navidades, y he de aceptar que este año he sido poseído por el maligno espíritu consumista que se apodera de todo el mundo, convirtiéndonos en seres sin seso en la cabeza que sacian sus ansias con el oir una y otra vez del ruidito que hace la tarjeta de crédito al pasar por algún lector magnético. Muy triste, pero es el resultado de la corrupción del auténtico sentido que estas fechas tienen por parte de unos entes que solo existen por y para el beneficio económico y, para que negarlo, por nosotros mísmos, débiles mentes que se dejan moldear a antojo.
Sea como sea, estas navidades me han llegado, desde diversas fuentes, multitud de juegos, de todos los tipos y colores, que me servirán para ir haciendo algún que otro análisis a lo largo de los siguientes días. Siempre y cuando saque tiempo, ese bien escaso que todo el mundo ansía y pocos consiguen.
El primero que trataré será el cada vez más conocido World of Warcraft, no, no la versión online para PC de este juego, en el cual se basa y del que extrae la mayor parte del contenido gráfico. Sino en su versión de tablero, como juego de mesa, que es lo que a nos interesa.
La sensación que nos reporta al observarlo es de monstruosidad, es una caja enorme, que no cabrá en la mayoría de armarios, tendremos serias dificultades para buscarle un hueco en nuestra casa, realmente es enorme, y no menos pesada.
El juego lo constituyen un tablero triplemente plegado, por lo que os podéis imaginar su tamaño descomunal una vez extendido, una bolsa con miniaturas de plástico duro de diferentes colores (rojo, verde y azul) representando a los diferentes monstruos que pueblan el mundo de Warcraft, otra bolsa con casi 20 miniaturas todas distintas para los diferentes héroes, que son los alter egos de los jugadores en el tablero, y un montón de cartas, en dos tamaños, tamaño pequeño para habilidades, objetos mágicos y demás, y tamaño normal para las cartas de misión.
El material del juego es verdaderamente excelente, tanto a nivel gráfico como en calidad de los materiales empleados, lo único que no me terminó de gustar es que podrían haber impreso las hojas de personajes en un cartón más grueso, porque las cartulinas en las que están tienden a estropearse con el uso con bastante facilidad, ni que decir si tenemos al típico jugador tocahuevos que no se puede estar quietecito, continuamente jugueteando con las esquinitas de las hojas hasta que las terminará doblando.
En cuanto a las miniaturas, tienen un acabado bastante bueno, no llegan a ser de la calidad de un Warhammer, pero cumplen su cometido funcional de sobra y están muchísimo más detalladas que las de otros juegos que he visto.
En un primer vistazo, puede parecernos muy similar al Risk, ya que el tablero es un mapa de un mundo (el imaginario de world of warcraft, que no tiene mucho que ver con los continentes del juego de PC), dividido por regiones en el que se irán colocando miniaturas, como los ejércitos del Risk. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El juego, aparte de esta similitud, no tiene nada que ver con el clásico.
Para empezar se hacen 2 equipos, de 2 ó 3 jugadores cada equipo. Uno representará a la horda y el otro a la alianza (son dos facciones que se encuentran en el juego online de PC). La primera compuesta por orcos, trolls, no muertos y criaturas similares, y la segunda por los humanos y los clásicos enanos y elfos. Dentro de cada equipo, los jugadores son independientes, y pueden hacer su juego sin tener en cuenta a sus compañeros, pero de su colaboración dependerá que consigan la victoria sobre sus adversarios. De hecho, aunque cada jugador controla un personaje, como se verá más adelante, el juego favorece la toma de decisiones en grupo, con lo que los turnos y movimientos de los personajes casi que se decidirán en grupo, pudiendo decirse que se toman decisiones estratégicas en conjunto.
Igual que el juego fomenta la colaboración entre los miembros de un mismo equipo, no puede decirse que haga lo mismo entre equipos adversarios, la interacción entre uno y otro es casi nula, todo el turno de los adversarios lo pasamos planeando con nuestro equipo cuales serán nuestros
próximos movimientos. Lo cuál favorece el hacer trampas, ya que no se está casi pendiente de los otros, reduce el componente estratégico, ya que las acciones de los adversarios influyen poco y en general, resta al juego bastantes puntos en ese aspecto.
Una cosa que me equivocó en un principio, es que al abrir la caja y ver la cantidad de fichas "contador" que se suministraban, llegué a pensar: "¡joder, no!, un peñazo de juego de estos en el que tienes que llevar cuenta de tropecientas cosas a la vez", pero nada más lejos de la realidad, casi todas las fichas son de monedas de oro, impacto/armadura, heridas y energía. Hay algunas más pero que se usan muy puntualmente y la verdad es que no molestan, las que realmente usamos durante el juego son las de oro, heridas y energía, las de impacto/armadura solamente se utilizan para resolver los combates, por lo que es fácil recordar para qué es cada contador y no es necesario disponer de multitud de montoncitos de fichas. No obstante, bajo mi criterio, sigue pareciéndome que le sobran algunas si se quisiera considerar el juego como "apto para todo tipo de público".
En definitiva, se trata de un juego para aficcionados, es decir:
Sea como sea, estas navidades me han llegado, desde diversas fuentes, multitud de juegos, de todos los tipos y colores, que me servirán para ir haciendo algún que otro análisis a lo largo de los siguientes días. Siempre y cuando saque tiempo, ese bien escaso que todo el mundo ansía y pocos consiguen.
El primero que trataré será el cada vez más conocido World of Warcraft, no, no la versión online para PC de este juego, en el cual se basa y del que extrae la mayor parte del contenido gráfico. Sino en su versión de tablero, como juego de mesa, que es lo que a nos interesa.
La sensación que nos reporta al observarlo es de monstruosidad, es una caja enorme, que no cabrá en la mayoría de armarios, tendremos serias dificultades para buscarle un hueco en nuestra casa, realmente es enorme, y no menos pesada.
El juego lo constituyen un tablero triplemente plegado, por lo que os podéis imaginar su tamaño descomunal una vez extendido, una bolsa con miniaturas de plástico duro de diferentes colores (rojo, verde y azul) representando a los diferentes monstruos que pueblan el mundo de Warcraft, otra bolsa con casi 20 miniaturas todas distintas para los diferentes héroes, que son los alter egos de los jugadores en el tablero, y un montón de cartas, en dos tamaños, tamaño pequeño para habilidades, objetos mágicos y demás, y tamaño normal para las cartas de misión.
El material del juego es verdaderamente excelente, tanto a nivel gráfico como en calidad de los materiales empleados, lo único que no me terminó de gustar es que podrían haber impreso las hojas de personajes en un cartón más grueso, porque las cartulinas en las que están tienden a estropearse con el uso con bastante facilidad, ni que decir si tenemos al típico jugador tocahuevos que no se puede estar quietecito, continuamente jugueteando con las esquinitas de las hojas hasta que las terminará doblando.
En cuanto a las miniaturas, tienen un acabado bastante bueno, no llegan a ser de la calidad de un Warhammer, pero cumplen su cometido funcional de sobra y están muchísimo más detalladas que las de otros juegos que he visto.
En un primer vistazo, puede parecernos muy similar al Risk, ya que el tablero es un mapa de un mundo (el imaginario de world of warcraft, que no tiene mucho que ver con los continentes del juego de PC), dividido por regiones en el que se irán colocando miniaturas, como los ejércitos del Risk. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El juego, aparte de esta similitud, no tiene nada que ver con el clásico.
Para empezar se hacen 2 equipos, de 2 ó 3 jugadores cada equipo. Uno representará a la horda y el otro a la alianza (son dos facciones que se encuentran en el juego online de PC). La primera compuesta por orcos, trolls, no muertos y criaturas similares, y la segunda por los humanos y los clásicos enanos y elfos. Dentro de cada equipo, los jugadores son independientes, y pueden hacer su juego sin tener en cuenta a sus compañeros, pero de su colaboración dependerá que consigan la victoria sobre sus adversarios. De hecho, aunque cada jugador controla un personaje, como se verá más adelante, el juego favorece la toma de decisiones en grupo, con lo que los turnos y movimientos de los personajes casi que se decidirán en grupo, pudiendo decirse que se toman decisiones estratégicas en conjunto.
Igual que el juego fomenta la colaboración entre los miembros de un mismo equipo, no puede decirse que haga lo mismo entre equipos adversarios, la interacción entre uno y otro es casi nula, todo el turno de los adversarios lo pasamos planeando con nuestro equipo cuales serán nuestros
próximos movimientos. Lo cuál favorece el hacer trampas, ya que no se está casi pendiente de los otros, reduce el componente estratégico, ya que las acciones de los adversarios influyen poco y en general, resta al juego bastantes puntos en ese aspecto.
Una cosa que me equivocó en un principio, es que al abrir la caja y ver la cantidad de fichas "contador" que se suministraban, llegué a pensar: "¡joder, no!, un peñazo de juego de estos en el que tienes que llevar cuenta de tropecientas cosas a la vez", pero nada más lejos de la realidad, casi todas las fichas son de monedas de oro, impacto/armadura, heridas y energía. Hay algunas más pero que se usan muy puntualmente y la verdad es que no molestan, las que realmente usamos durante el juego son las de oro, heridas y energía, las de impacto/armadura solamente se utilizan para resolver los combates, por lo que es fácil recordar para qué es cada contador y no es necesario disponer de multitud de montoncitos de fichas. No obstante, bajo mi criterio, sigue pareciéndome que le sobran algunas si se quisiera considerar el juego como "apto para todo tipo de público".
En definitiva, se trata de un juego para aficcionados, es decir:
- Para jugarlo hay que quedar específicamente con los colegas con ese objetivo, no es un juego que en una tarde de charla con tus amigos y sus parejas puedas decir:"anda, tengo un juego nuevo, ¿que tal si lo probamos?".
- No puedes explicar las reglas en unos minutos, necesitas un rato largo, y aún así, te quedaran cosas sin haber explicado o que no tienes muy claro desde la última vez que jugaste.
- No se puede jugar en menos de una hora, necesitas como mínimo 2 horas largas y yo diría que incluso 3.
- Los jugadores deben conocer reglas específicas según el personaje que llevan, ya que cada personaje tiene sus propias habilidades que marcan bastante su estilo de juego, y para cada personaje es distinto.
En definitiva, que si intentas usar este juego, como si fuera un party o un monopoly, ten por seguro que lo vas a lamentar, tus colegas se aburriran sin haber siquiera empezado la partida, y es posible que sus novias no quieran verte en una temporada hasta que se les olvide el episodio. Si por otro lado tienes un grupo de jugadores asiduos, que les gustajugar, entonces el juego es bastante recomendable.
En fin hasta aquí una primera aproximación, en un posterior post haré un análisis detallado de las reglas del juego, y los puntos a favor y defectos que he podido encontrar, como siempre, desde mi personal punto de vista.